Need to see the World

La Toscana, diario de viaje

En Febrero de 2015, pasamos unos días por La Toscana. Conseguimos vuelos directos desde Tenerife a Pisa, los horarios no eran muy buenos, dado que la ida era a última hora del día  y la vuelta a primera hora de la mañana, por lo que aunque estuvimos de martes a martes, realmente tuvimos seis días útiles y dos noches extra. Pero hay que mirar el lado bueno, una noche extra significa poder ir a cenar y eso, en Italia, es un gran punto a favor. 😋

Día 1. Pisa es una ciudad pequeña, fácil de ver en un día. Empezamos por la Piazza dei Miracoli, donde se encuentra la famosa torre inclinada. Esta zona amurallada alberga la mayor concentración de edificios románicos de Europa. Es impresionante, la sensación que da es de grande, de bruto, pero pequeño al mismo tiempo… 🤔

Por supuesto, nos situamos entre otros tantos turistas a sacarnos las típicas fotos con la torre.

Torre de Pisa

Hay varios tipos de entrada para ver los monumentos, subir a la torre tiene un precio de 18€… y aunque somos de decir “ya que estamos aquí…”, nos pareció excesivo y decidimos no subir. En su lugar, compramos una entrada combinada para 2 monumentos (7€), Baptisterio y Camposanto, la entrada a la catedral o duomo es gratuita, pero se ha de presentar la entrada a cualquier otro monumento.

Fachada de la catedral, vista desde el interior del baptisterio.

El Baptisterio es el mayor de Italia. En su interior, se hace una demostración de la sorprendente acústica de la cúpula y puede verse el púlpito hexagonal de mármol, obra de Nicola Pisano.

Baptisterio

El Camposanto es un cementerio tapiado, se cree que fue erigido sobre tierra sagrada proveniente del Gólgota, de ahí su nombre, fue a partir de éste, que empezó a utilizarse el nombre de camposanto para designar cementerios. En su interior, reina una tranquilidad que destaca sobre el ajetreo del exterior, merece la pena dar un paseo por el patio.

Camposanto

Camposanto

La visita nos llevó un par de horas, tras las que callejeamos por el corazón medieval de la ciudad. Comimos unas focaccine con cecina (una masa fina de garbanzos) e ingredientes al gusto en Il Montino, tan ricas que volveríamos a Pisa sólo por eso… 🤤

Comida en Il Montino

Cruzamos el río Arno, por uno de sus puentes, vimos la Chiesa di Santa Maria della Spina, de estilo gótico, desde el exterior, ya que estaba en obras, y seguimos en dirección a la estación de trenes. De camino, pudimos contemplar el mural pop Tuttomondo, de Keith Haring, pintado por el artista en 1989, en la fachada de un convento.

Tuttomondo, de Keith Haring

Tomamos el tren a Lucca, el centro histórico de esta bonita ciudad medieval se encuentra encerrado por murallas, es una interesante parada entre Pisa y Florencia, ya que se encuentra a 17 km. de la primera y a 90 km, de la segunda.

Plaza del anfiteatro de Lucca

Paseamos tranquilamente, tomamos una copa de vino y regresamos a la estación, esta vez para dirigirnos a Florencia, donde pasaríamos la noche y los días siguientes.

Día 2. Nuestro primer contacto diurno con Florencia fue en un día lluvioso, salimos del hotel y callejeamos en dirección a la Galleria degli Uffizi, de camino hizo su aparición la catedral, incluso en un día gris… ¡qué bella es Florencia!

Como habíamos leído que puede haber colas para comprar las entradas, las habíamos reservado online y sólo tuvimos que pasar por taquilla para recogerlas. El Palazzo degli Uffizi alberga la que fuera la colección personal de Cosimo I y, posteriormente, de su hijo Francesco I. A la muerte del último de los Médici, en 1743, fue legada a la ciudad de Florencia, con la condición de que nunca abandonase su ubicación. Pasamos la mañana admirando tantas obras conocidas en los libros de historia del arte. Cabe destacar la popular sala de Botticelli.

Vista de Ponte Vecchio desde una sala de la galería

Cruzando el puente, al otro lado del río, se encuentra Oltrarno, un barrio lleno de talleres de artesanos, bares y pequeños comercios. Aquí pasamos la tarde, cenamos unas pizzas en Gustapizza y tomamos unas cervezas en Volume.

Comida en Gustapizza 

Día 3. Esta mañana teníamos una cita con David, en la Galleria della Academia, también habíamos reservado las entradas con antelación. Es el protagonista absoluto de la sala, en la que también pueden verse otras obras de escultura y algunas pinturas.

Miguel Ángel dedicó dos años a esculpir la escultura, partiendo de un bloque de mármol de Carrara, de más 5 m. de altura y 5000 kilos de peso, dañado por la previa manipulación de otros escultores. Vasari, uno de los primeros historiadores del arte, escribiría sobre la obra: “cualquiera que haya visto al David, no tiene necesidad de ver otra cosa de ningún otro escultor, vivo o muerto”.

En esta zona se encuentra la Basílica de San Lorenzo y la Universidad, por lo que será normal cruzarse con estudiantes de arte, con sus cuadernos, haciendo esbozos en cualquier rincón de la ciudad…

Dimos un paseo hasta el barrio de Santa Croce, concretamente hasta la Piazza dei Ciompi, que alberga un mercadillo de vintage y antigüedades.

Basilica di Santa Croce

Después de comer, visitamos el Museo Gucci, situado en la céntrica Piazza della Signoria. La firma nació de la mano del artesano florentino Guccio Gucci, el museo expone una colección permanente que repasa su historia. En la sala “Viaje”, hay una muestra extraordinaria de piezas de equipaje, la especialidad de la casa en sus inicios. Es una visita interesante, totalmente recomendable para variar de tipo de museo.

Piazza della Signoria

Para ver el atardecer, subimos hasta Piazzale Michelangelo, desde donde hay una vista espectacular de la ciudad.

Vista de la ciudad desde Piazzale Michelangelo

Día 4. Como no podía ser de otra manera, comenzamos la jornada visitando un museo, esta vez fue el turno del Museo del Bargello, situado en el edificio público más antiguo de Florencia, en él se encuentra la colección más extensa de escultura toscana renacentista de Italia. Destacan las magníficas primeras obras de Miguel Ángel y las de Donatello.

Museo del Bargello

Algo de comida típica y, por fin, el tiempo nos daba una tregua, y con el sol, era el momento de visitar Santa María del Fiore.

Cúpula de la Catedral de Florencia vista desde el campanario

La imponente fachada de la catedral, de mármol rosa, blanco y verde, da paso a un interior de escasa decoración, los tesoros que otrora albergó se encuentran ahora en el Grande Museo del Duomo, por detrás de la catedral.

La entrada al duomo es gratuita, para el campanario, cúpula, baptisterio y cripta, se paga una entrada combinada de 14€.

En la nave principal del duomo, unas escaleras bajan a la Cripta de Santa Reparata, en la que se aprecian los restos de la basílica sobre la que se edificó la catedral.

Escenas del Juicio Final, obra de Vasari y Zuccaro

La subida a la innovadora cúpula de Brunelleschi, se hace a través de unos estrechos pasillos con pronunciados escalones de piedra, concretamente 463. La recompensa es una panorámica de la ciudad de 360º. Además de haber podido ver más de cerca, los espectaculares frescos del Juicio Final, del interior de la Cúpula.

Vista desde la cúpula

A la torre del campanario, de 85 m. de altura, se accede también por una pronunciada subida de 414 escalones, las vistas desde lo alto merecen el esfuerzo.

Frente a la entrada principal del duomo, está el Battisterio di San Giovanni, el interior está cubierto por mosaicos bizantinos y en el exterior se pueden apreciar las Puertas del Paraíso, aunque éstas son copias, dado que las originales se encuentran en el museo.

Interior del Battisterio

Día 5. Decimos adiós a Florencia y nos dirigimos en bus hasta Siena, a 76 km. de distancia. Su centro histórico está declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, como encarnación de la ciudad medieval por excelencia.

Al llegar, compramos unos bocadillos en el Consorcio Agrario di Siena, altamente recomendable, y nos sentamos a disfrutarlos en la Piazza del Campo.

Piazza del Campo

En esta plaza, el 2 de Julio y el 16 de Agosto, se celebra Il Palio, una conocida carrera de caballos de origen medieval, es considerada una de las fiestas históricas más importantes de Italia.

Con las fuerzas repuestas, fuimos a visitar la catedral. La Opera della Metropolitana di Siena fue, probablemente, la catedral que más nos impactó de la Toscana, es preciosa por dentro y por fuera. Es una de las mejores iglesias góticas de Italia. El interior continúa el patrón de franjas negras y blancas del exterior, y los techos y la cúpula están adornados con estrellas.

Catedral de Siena

En el interior puede accederse, por 2€, a la Librería Piccolomini, en la que está la colección de libros del que fuera el papa Pío II. Merece la pena.

Techo de la librería Piccolomini

Callejeamos por la preciosa ciudad, cenamos con vistas a la plaza y pasamos la noche en Siena.

Día 6. Un último paseo por Siena y tomamos el tren a Pisa, a 122 km., y una vez allí, otro hasta Livorno, a 27 km.

Livorno es una ciudad costera, muy conocida por su puerto, en el que suelen atracar cruceros que van por el Mediterráneo. Pasamos varias horas caminando, por su paseo marítimo y sus fortificaciones renacentistas.

Regresamos a Pisa, cenamos en una Spaghetteria y pasamos la noche. Al día siguiente, temprano, tomamos nuestro vuelo de vuelta.

La belleza y la historia se ven y se sienten a cada paso que se da por las tierras de La Toscana, poder ver en vivo esas conocidas obras de arte, los paisajes, disfrutar de la deliciosa gastronomía, la facilidad con la que trasladarse entre las distintas ciudades y la comodidad de poder visitar cada una de ellas a pie, la convierten en un destino ideal para cualquier época del año.

Si te apetece contarnos tu experiencia por La Toscana o te podemos ayudar con alguna duda, deja un comentario.

*Todas las fotografías son nuestras

*Para ver más, síguenos en instagram https://www.instagram.com/needtoseetheworld/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *